¿El gramaje lo es todo al elegir un fular?
- Evelyn Paredes
- 14 mar 2017
- 4 Min. de lectura
Y cuándo hablamos del gramaje nos entra la duda ¿Más gramaje, menos gramaje? ¿Menos gramaje, más delgado y menor soporte?, ¿Más gramaje, más grueso y mejor soporte?
Bueno te contaré que el gramaje es uno de los puntos importantes en la elección de un fular pero no lo es todo.
Hace poco debatía con una amiga fularil sobre los gramajes y pues yo sostenía que mayor gramaje, más grueso. Ella me decía que no era más grueso sino que daba más soporte.

Últimamente vengo escuchando , bastante a menudo que los fulares “delgaditos” como les llaman a los de menor gramaje no dan un buen soporte y que se clavan mucho en los hombros, a lo que creo que depende de muchos factores. A modo personal he usado gramajes estándar , de bajo gramaje y por ahí me prestaron uno de 280 gr. Y podría decir que no necesariamente a más gramaje, mayor comodidad, mayor soporte y te cuento por qué.
Para empezar, debemos saber en qué consiste el gramaje en un fular y para ello citaré al blog “Crianza en brazos, porteo ergonómico en español” en la que nos habla de los gramajes.
“El gramaje constituye el peso de la tela por metro cuadrado y, básicamente, nos indica cuán grueso es el tejido. Si bien una tela más bien fina es más fresca, liviana y maleable, también tiene algunas contras como “clavarse” más en los hombros o tener menor resistencia para portear niños pesados. Igualmente, la gran mayoría de las veces el gramaje solo no es decisivo, sino que necesitamos prestar atención al tipo de tejido y a la composición del mismo”.
Debo aseverar, por experiencia personal , me costaba experimentar con fulares de gramaje menor a los 230 gr. Siempre que veía uno hermoso preguntaba el gramaje y al saber que era menor al estándar descartaba la posibilidad de adquirirlo, pues ya me habían comentado que, a mayor gramaje, mayor soporte.
Por cosas del destino pude experimentar con fulares de bajo gramaje con mi hijo de 1 año y medio, con un peso de 10 kilos y medio y la verdad es que lo sentí bastante bien, no se me clavó en los hombros (ese era mi temor) y pude probar diferentes nudos, claro está que con gramaje bajo o no , ya desde hacía un tiempito atrás me sentía más cómoda con nudos de dos capas y más con el doble hamaca, pues tengo un problema lúmbar y este nudo me ofrece repartir mejor el peso sin exigir demasiado a mi columna.
Entonces volvía a surgir la pregunta ¿Qué pasó con el gramaje del fular, no se suponía que no era ideal para un toddler un fular con un gramaje tan bajo como uno de 202 gr.? Y por ello me decidí investigar un poco más sobre este aspecto y puesto que no soy una experta certificada y solo puedo hablar desde mi experiencia como mamá porteadora empezó mi búsqueda.
Y como el conocimiento nos empodera, pues encontré un sinfín de explicaciones a mi pregunta y sí, no sólo el gramaje puede considerarse al elegir un fular y mucho menos asegurar que un fular “delgadito” no pueda brindar el soporte necesario.
He aquí algunos puntos súper importantes a considerar aparte del gramaje:
Estiramiento de la tela: Sea en un fular elástico o en uno rígido la tela se estira, en algunos casos, en una sola vía, en doble vía o en cuatro vías. Este punto es crucial porque de aquí que no es recomendable portear a un bebé en la espalda con un fular elástico pues se estira demasiado y se contrae muy rápido ; por ello, resulta siendo muy inseguro.
Memoria de la tela: Esto quiere decir cómo el tejido vuelve a encajar después de estirarse; mientras que los elásticos se estiran y regresan rápidamente a su estado original, los tejidos tardan un poco más. Un punto en contra de los elásticos es que a pesar de que puedan tener mejor memoria, esto es inicialmente, pues con el uso van cediendo y perdiendo esta propiedad.
El espesor de la tela: Esta característica puede afectar tanto a la sensación como al rendimiento del fular. Si bien es cierto los fulares más gruesos pueden dar mayor soporte, pero también podrían ser más voluminosos, o más calientes, o más pesados (esto dependerá de la composición del fular).

Además, debemos saber que el grosor de la tela está determinado por una combinación de peso del hilo, la densidad del tejido de punto, y el estilo del tejido de punto. Por ello a pesar de que un fular pueda ser delgado al tener una combinación con cáñamo, por ejemplo, puede brindar mayor soporte sin aportar volumen o peso, aunque podrían dificultar el agarre, que es el siguiente punto al que haremos mención.
4. Agarre: Esto hace referencia a su tendencia de aferrarse a la ropa o a uno mismo. Un tejido con menos agarre no puede deslizarse tan fácilmente sobre sí mismo. Esto quiere decir que menos agarre puede sentirse más resbaladizo y por ende cuesta el ajuste. A veces los fulares más gruesitos son un tanto más difíciles de ajustar.
En conclusión es muy importante experimentar y no cerrase a probar otras composiciones y gramajes. En la actualidad en la industria de los portabebés como los fulares, existen combinaciones diversas en composición, y tipos de tejidos que dan como resultado fulares “delgaditos”, pero que no merman un valor tan importante como el soporte y la comodidad mamá- bebé.
Cada persona es un mundo diferente así que lo que le sirve a una, no necesariamente a las demás. Debemos romper los esquemas estableciendo casi casi como una regla que los fulares de bajo gramaje no son adecuados para bebés más grandes.
Este artículo puedo ser posible con los aportes de la guía comparativa de fulares de wrapsody , la valiosa información del blog crianza en brazos porteo ergonómico en español y mi experiencia personal.
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