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¿Por qué portear?

Aquí los testimonios de madres porteadoras

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Creo que el día que empecé a portear me enamoré de este trapito mágico que aunque quiera, no puedo dejar.

Parecerá una exageración pero ahora no puedo salir a pasear, comprar o hacer cualquier gestión sin llevar a mi bebé en su fular. 

He encontrado, en aquella tela, la solución perfecta para lidiar entre los quehaceres del hogar, atender a mi hijo mayor, trabajar y no sentirme angustiada y hasta culpable por desatender a mi pequeñín.

La maternidad es una etapa hermosa en la vida de una mujer, pero sí que lleva sus grandes retos y sacrificios y el portear ha encajado perfecto en la vida apresurada de esta madre.

Pero... ¿Qué es portear y por qué hacerlo?

Qué mejor que otras madres enamoradas del trapo para ilustrarlo perfecto:

“Aun sin tener pareja, tenía muy claro que quería ser madre. Sabía que iba a dar teta y sabía que iba a portear, era algo que sentía, aunque no era nada racional.

Me casé y nos fuimos de viaje a Riviera Maya, y en las tiendas de souvenires ya preguntaba por el portabebés típico, pero no decidí porque no sabía si estaban vendiendo por vender o de verdad era un portabebés.

Al poquito me quedé embarazada, pero todos los textos que encontraba (sobre embarazo, crianza....) eran muy técnicos o conductistas. Y a mi alrededor todo eran cesáreas y conductismo.

Mi peque nació y solo se calmaba en mis brazos. Desde el hospital durmió encima de mí, y en casa lo mismo.

Todo eran lloros, y no poder dormir, ni ducharme. Mi marido trabajaba en Madrid y Diego y yo vivíamos en Valencia. El me preparaba la comida de toda la semana. Aunque yo tenía a mi familia, mi madre y mi hermana trabajaban, y yo sentía que Diego era mi entera responsabilidad, por lo tanto solo yo debía hacerme cargo de él.

Iba a los talleres de lactancia, y allí había una mamá que cada día llevaba un portabebés diferente,pero  la verdad, otro gasto más era excesivo.

El punto de inflexión llegó a los 2 meses, con los terribles cólicos del lactante. Yo me sentía fatal y lloraba con el hasta que los dormíamos por agotamiento. Imagina un bebe que llora mientras te duchas, vas al baño, cuando no dejas sobre la cama, aunque estés a su lado y además los cólicos. Ya era demasiado.

Un día me decidí hablar con la mamá de los mil trapos, Cristina. Y quedé con ella, y otras mamis, para que nos mostrara los tipos de portabebés. Y aun así.... Era tan caro, después de tanto gasto inútil.

El caso es que ella me prestó su fular.

Llegué a casa, y a las 8 de la noche antes que comenzaran los llantos, cargué a mi bebé. Magia!!! Los cólicos nunca aparecieron, y se durmió en segundos. No lo podía creer!!! Así que contacté con ella y le compré un fular. Desde entonces Diego ha ido pegadito a mí, hasta casi los 4 años. Creo que fue mi salvación, no, no lo creo, fue mi salvación. Sin el portabebés creo que habría perdido la cordura y el significado idílico de ser madre amorosa.

 

Esa, es nuestra historia, lógicamente criar es mucho más que portear y dar teta, pero es una buena manera de conectar con tu bebé sin querer matarlo”

Begoña Songel

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"Para mí portear es disfrutar y alargar un poco más de esos momentos que tenemos junto a nuestros bebés y que nunca más se volverán a repetir.

Es demostrarles nuestro cariño y otorgarles seguridad.

Para mí es autonomía porque me permite seguir con mi vida y mis actividades sin tener que alejarme de mi bebé.
Para mí es uno de los mejores descubrimientos de la maternidad y lo recomendaría por esas mismas razones".

                                                            Sara Lagos Ramírez

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